...una caja feliz

Después de lo triste, sola y vacía que se había quedado la caja tras perder a todos, pasaron unos días. Uno de esos días en el que la caja estaba en medio del parque sin hacer nada,  de pronto oye un ruido y ve una pequeña pelota de goma aterrizar a unos metros de ella. A continuación pasa un hombre corriendo y chuta la pelota por accidente, esta se aleja más de la caja. Luego la coge un perro con la boca, el perro va corriendo de un lado a otro con ella en la boca hasta que se cansa y la deja en el suelo justo al lado de la caja. El dueño va donde el perro le ata con la correa y al ver la pelota la deposita dentro de la caja y se va. Milagrosamente la caja y la pelota vuelven a estar juntas, pues parece que el enfado no les duró mucho.

Erase una vez una caja...

Un día un niño encontró una caja de cartón vacía, la cogió y fue corriendo con ella al parque. Al llegar se la enseñó a sus amigos. Empezaron a jugar con ella y a pasarselo genial, hasta que empezó a anochecer. Todos los niños se empezaron a ir uno a uno, yendose sus risas y gritos, hasta que la caja se quedo sola de nuevo.
Pero.. un momento, ahora ya no estaba vacía, en su interior había una pequeña pelota de goma, algún niño se la debió olvidar dentro. Pasaron días geniales, pero un día pasó por allí un niño y al ver la pelota la cogió y la hizo botar contra el suelo, pero el bote fue tan grande que la pelota cayó muy lejos, separandose así de la caja y volviéndose a quedar esta completamente sola y vacía. La caja se quedo muy triste, pues ya nisiquiera tenía a la pelota de goma.